Sería muy conveniente contar con la institución del ombudsman, que es el
responsable de controlar que los derechos de los ciudadanos no sean avasallados
por el Estado. La misión de este funcionario es garantizar el respeto de los
derechos de cada individuo en el marco de cualquier tipo de acción judicial,
administrativa, burocrática o de otra índole.
Lo que hace el ombudsman, por lo tanto, es defender los derechos de las
personas y, a su vez, fiscalizar que el gobierno de turno no vulnere estas
libertades y resguardos de los sujetos. El ombudsman debe por lo tanto ser
independiente en su acción.
Si bien no tendría la facultad de sancionar a las autoridades ni de
obligarlas a tomar medidas, puede tener alcance político, realizando
sugerencias, tratando de persuadir a las autoridades.
El ombudsman sí podría encabezar acciones que busquen involucrar a un
tribunal o incluso a la Corte Suprema para que sus propuestas se hagan
efectivas y de cumplimiento obligatorio.
Cabe destacar que, además de su rol activo, el ombudsman también debe
recibir y atender reclamos de ciudadanos que le piden su asistencia.
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