De acuerdo a los antecedentes entregados, el rol futuro de los pueblos
originarios es esencial y deben ser valorizados para que su aporte de sabiduría
ilumine a los chilenos en esta difícil etapa futura, en que volver a las
culturas originarias nos permite ser sostenibles como recomiendan los
científicos, siendo necesario su aporte para salir de los valores y conductas
no sostenibles prevalecientes en el mundo.
En este contexto, ahora es necesario para nosotros lograr una relación
de mutuo beneficio con los pueblos originarios, pero debe quedar establecido
que este tipo de relación siempre debería haber sido nuestro objetivo y debemos
reconocer nuestro error histórico en los abusos cometidos.
Algo de esta magnitud implica reestudiar y reescribir nuestra historia
pero tenemos mucho que ganar porque tenemos grandes tesoros que rescatar y
muchas vergüenzas que debemos reconocer para poder superarlas y no repetirlas.
Sin duda nuestra proyección futura dependerá principalmente de nuestro punto de
partida valórico. El tiempo y que los afectados muchos ya hayan desaparecido,
no es argumento para olvidar estas situaciones porque se debe sublimar nuestra
alma colectiva.
Para esto es necesario volver al origen como recomienda el Papa
Francisco, cuando dice ”La sabiduría de los pueblos originarios puede ser un
gran aporte. De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un
pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean.
Chile tiene en sus raíces una sabiduría capaz de ayudar a trascender la
concepción meramente consumista de la existencia para adquirir una actitud
sapiencial frente al futuro”.
En este contexto, debemos ser capaces de escuchar y no de imponer.
Escuchando por ejemplo las propuestas de Alfredo Seguel, Integrante de la
agrupación Konapewman de Temuco, pide entre otras cosas, discutir el reconocer
y garantizar los Derechos Colectivos, Económicos, Sociales y Culturales de los
Pueblos, logrando que este reconocimiento sea el resultado de un proceso de
diálogo y entendimiento con organizaciones y comunidades representantes de los
Pueblos originarios, lo que se detalla más adelante.
Esto es de mutuo interés, porque este reconocimiento apunta a respetar y
reconocer los méritos y derechos, para poder incorporar la cultura y sabiduría
Mapuche y de otros pueblos originarios, como el elemento más diferenciador de
la identidad multicultural de Chile, como lo es en el caso de Nueva Zelanda la
identidad Maori.
Estas propuestas deberían ser factibles, sin perder la característica de
estado unitario, ya que, a pesar de ser un estado multicultural e incluso
plurinacional, necesitamos unir fuerzas para poder lograr un futuro de interés
común.
Gracias a la cultura Mapuche de reciprocidad, deberíamos lograr la paz
social, la colaboración en esfuerzos conjuntos y un gran aporte de valores y conductas
muy beneficiosos para esta nueva etapa.
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