jueves, 14 de noviembre de 2019

Refundación de valores y cultura.

En nuestra publicación anterior del año 2011 usamos el título “desafíos refundacionales de nuestros valores y cultura”, planteando que esta refundación era necesaria porque el bajísimo nivel de confianza interpersonal de 13%, que es el más bajo de la OCDE, es inhabilitante para el desarrollo. Planteamos que era imprescindible considerar este aspecto en cualquier plan de futuro en el caso chileno.

Nuestra propuesta en la materia, dentro de un marco multicultural,  era y es rescatar elementos virtuosos de nuestra herencia cultural y crear un imaginario colectivo aspiracional de lo que es ser chileno, combatiendo las lacras culturales adquiridas, que no son originarias.

Esperamos que ahora, después del estallido social de octubre del 2019, se entienda mejor esta necesidad.

Se repite lo que advertimos en el horizonte 2002-2010, que nuestro punto fuerte es el potencial de nuestro territorio, pero también que nuestro punto débil es la capacidad de aprovecharlo, debido a nuestros déficits en valores, cultura y capacidades.

2.2.1.- Situación en valores y cultura y la explosión social

Para dar un contexto, es interesante analizar que el PNUD indica que el Índice de desarrollo humano en América latina es liderado por  Chile, que se ubica en el lugar 42 entre 189 naciones, considerado "muy elevado". Sin embargo "Cuando miramos la diferencia entre grupos de personas y no sólo los promedios, Chile cae 14 puntos en el ranking y es el país más desigual entre los 50 países con desarrollo humano alto. Más allá de las cifras y los datos objetivos, las personas reconocen desigualdades de trato y de privilegios que están en la base del malestar social, comenta Marcela Ríos, coordinadora del área de Gobernabilidad del Programa del PNUD de Chile.

Dentro de estas evaluaciones positivas se puede incluir que Chile pasó a ser reconocido como democracia completa subiendo del puesto 23 al 21 en el Democracy Index 2019 y el país presenta una evaluación de 67 puntos el Indice de Percepción de Corrupción 2019,  entregado por Transparencia Internacional, superior a los países de la región a excepción de Uruguay,

El informe del PNUD destaca que el ingreso nacional bruto per cápita para los hombres el 2018 fue de casi 29 MUS$, mientras el de las mujeres alcanzó a 15,2 MUS$. Independiente de esto, el estudio revela un cambio cultural en Chile que es "uno de los pocos países del mundo donde se han reducido los prejuicios respecto de los roles sociales de hombres y mujeres en áreas como acceso a la educación superior, posiciones de liderazgo en el trabajo, derechos reproductivos y política.

Por otra parte, indica que en la Región Metropolitana existe una mejora generalizada en la esperanza de vida en los últimos 15 años, pero las diferencias entre comunas son persistentes y han aumentado.
"Se están produciendo avances en la vida sana, pero no están llegando a todos de manera equitativa", sostiene el documento.

El PNUD considera en su informe que las recientes manifestaciones en Chile y otros países de latinoamérica,  se deben a "una nueva clase de desigualdad, ya no tan marcada por el nivel de ingresos, sino que más bien por la falta de equidad, de desarrollo ambiental, de transformación tecnológica y de educación".

"La desigualdad en un contexto de crecimiento económico, como lo hubo. generó aspiraciones que no han sido satisfechas en varios países de la región", afirmó Luis López, director del PNUD para la Región. Cecilia Cifuentes, economista de la Universidad de los Andes coincide "Los ciudadanos más que preocuparse que Chile objetivamente está mejor que el resto de los países de la región, lo que ven es que sus remuneraciones crecían más rápido y desde hace seis años eso se da en forma más lenta.  De alguna manera, la gente se acostumbró a eso, lo que explica el descontento con este gobierno de Sebastián Piñera, que en su campaña y en su primer año de mandato creo la expectativa que se iba a recuperar lo que habíamos vivido antes".

Cifuentes también consideró que los medios de comunicación, "especialmente la televisión", han jugado un rol importante en la percepción de los ciudadanos sobre cómo esta el país. "Los matinales suelen apegarse a las noticias negativas por sobre la realidad objetiva. Muestran casos, que si bien son reales, son más bien preocupantes, de situaciones muy dramáticas. Entonces el chileno dice que su situación personal es buena, pero que la del país es muy mala".

 "Reducir las desigualdades es posible pero no fácil. Requiere identificar cuáles son las que frenan el desarrollo humano y tener claridad respecto de la urgencia de actuar. Expandir la democracia y los sistemas y los sistemas de rendición de cuentas de las élites es central", agrega Marcela Ríos.

Considerando el trabajo de las comisiones y otras fuentes, además de los elementos económicos, sociales, fallas del estado y sus servicios públicos y otros que se mencionamos en la introducción, que coinciden en gran parte con el análisis del PNUD, en anexo 2, se presentan antecedentes que pueden aportar a entender mejor la situación de valores y cultura. La actual explosión social que tiene antiguas raíces históricas y motivos contemporáneos, lo que resulta fundamental de analizar para un buen diagnóstico y definición de soluciones de fondo. Algunos de los elementos seleccionados como causas del estallido social son los siguientes:

-Económicos: alejamiento del crecimiento exportador variable tan evidente, estructural y suficiente que nos permitió anticipar diez años antes la baja en tasas de crecimiento del PIB en nuestra publicación del año 2005. Esto coincidió con un discurso optimista errado, lo que se tradujo en expectativas de crecimiento frustradas. Mayor detalle de este punto central se puede ver en informe de la comisión macroeconómica presidida por Erik Haindl que dice que "¡No fuimos escuchados! en nuestros informes entregados debidamente a todos los sectores políticos en año 2005 y 2011".

-Conducta agresiva y burlas de reguladores y de autoridades. El Estudio Nacional de Transparencia y Protección de Datos Personales del Consejo de la Transparencia indica que el 84% de los chilenos considera al Estado como distante, un 76% asegura que tiene un mal trato y un 71% dice que discrimina. Al estar basados en la desconfianza los sistemas regulatorios chilenos son agresivos con los ciudadanos, esto junto con la falta de orientación a los usuarios indicada por el Consejo Asesor Permanente para la Modernización del Estado, resulta coherente con esta percepción de maltrato del 76% de los chilenos. Por ejemplo, Victor Gubbins Presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano, indica que cuando se quiere privilegiar el uso del transporte público se ponen restricciones como paseos peatonales, parquímetros y otros, pero no se generan sistemas de transporte y calles que permitan fenómenos como el del "peatón europeo", que deja el auto propio por una mejor calidad de vida. Otro ejemplo es cuando Metro preocupado por la evasión en Transantiago pone barreras  en las estaciones y la gente se siente agredida, produciéndose agresiones a los guardias las que incluso tenían apoyo social. La desconfianza y la agresión generan conductas reciprocas y durante muchos tiempo el Estado a operado en base  a esta lógica generando una conducta destructiva en los chilenos. El problema es que la herencia cultural según indica la Comisión de Sabiduría Popular, incluye dos estados discontinuos, sin términos medios, en que somos  moderados y pacientes en la normalidad, hasta que reaccionamos en el momento de lucha en forma muy extrema, como se constata reiteradamente en nuestra historia. Cuando a estas agresiones y relación dura, se agregan burlas de las autoridades como que se "levanten más temprano para tener costo de Metro más bajo", que "aprovechen de hacer vida social en las colas de salud" y que "hagan bingos para tener recursos en los colegios", entre otras  irresponsables intervenciones, se puede producir una respuesta increíblemente violenta en nuestro país, como la que se produjo en Octubre de 2019. Después, puede ser muy difícil sacar a la población de la actitud de enfrentamiento.

-Falta de propuestas de futuro para elegir
Por otra parte, el pueblo no tiene propuestas alternativas oficiales o de instituciones, porque aquellos históricamente responsables de plantear alternativas, como las universidades, los intelectuales o los partidos políticos, han fallado. La falta de alternativas le impide participar para expresar lo que quiere, no solo lo que no quiere. Eso, para Salazar, explica la reacción de sabotaje al sistema.
Esta falta de propuestas de futuro nos lleva a entregar la presente publicación, porque estamos conscientes que no existe otro desarrollo equivalente en el país, aunque lamentamos no fue debidamente escuchado en su oportunidad.

-Vida indigna: mala calidad de vida y apremio por satisfacer las necesidades básicas (tecnología afecta estilo de vida y transforma el empleo). Record de obesidad, enfermedades psicológicas, individualismo/soledad, temor ante la delincuencia y ante el futuro por malas jubilaciones o falta de posibilidades de desarrollo para la juventud, problemas de exclusión e inequidad. Sociedad actual que privilegia lo productivo, con extensas jornadas laborales y altos tiempos de desplazamiento, elimina espacios para el desarrollo de las vocaciones y talentos, vida familiar y de comunidad, disfrutar de la naturaleza, los deportes y buena alimentación, cultura y arte, recreación, afiliación, autorrealización, el logro de trascendencia y disfrutar de las cosas simples e importantes de la vida. Como dice Gastón Soublette, tenemos un mal global, en que un modelo puramente económico y tecnológico aleja de lo natural y de lo profundo, uniforma en una mentalidad promedio consumista, cada vez más  en la vulgaridad, falta de respeto y consideración, corrupción y debilitamiento de la espiritualidad. La sabiduría popular y virtud del pueblo, se han perdido en gran parte por vivir en el apremio de las necesidades básicas.

-Perdida de conocimientos y cultura que son necesarios para crear el futuro
Este alejamiento de las virtudes y tradiciones históricas afectó la identidad cultural y la capacidad de proyectarse, debido a que “los que conocen su pasado controlan su futuro porque las tradiciones permiten potenciar virtudes y no repetir errores”. La mente humana relaciona conocimientos del pasado para imaginar y crear el futuro, por lo que nuestros conocimientos y creencias nos condicionan absolutamente. La identidad también se debilitó debido a que es la relación entre lo que conocemos y como nos proyectamos.

-Desigualdad: País más desigual entre los 50 países con desarrollo humano alto (IDH). PNUD al explicar IDH aclara que las personas reconocen desigualdades de trato y privilegios que están en la base del malestar social, crecimiento económico anterior y gobierno actual generaron aspiraciones que no han sido satisfechas,

-Medios de comunicación exacerban lo negativo que por muchos años han destacado excesivamente lo malo, exacerbando el estado de ánimo negativo en las personas y aumentando la desconfianza. Esto se traduce en una percepción sesgada por la información negativa, en el personas dicen que su situación es buena pero la del país muy mala.

-Abusos e impunidad del sector público y privado (no reciprocidad 78% con Estado, 68% empresas, PNUD).

-Falla del Estado y los servicios públicos: incapacidad de todos los poderes del estado para preservar el orden y administrar adecuadamente el malestar, alejamiento de la clase política de criterios técnicos, falla de la educación en valores y cultura cívica que instala una cultura de derechos y sin deberes, falla de los servicios públicos a pesar de enormes aumentos de presupuesto en salud, educación, transporte, seguridad y otros.

-Crisis de representación y del sistema político. PNUD 2018 (74% opina que se gobierna para grupos poderosos en su propio beneficio). Gabriel Zalazar indica que de acuerdo a lo medido por el PNUD en 1991, no existía confianza en el actual sistema político, los políticos y el Estado. Esta desconfianza solo ha ido aumentando en el tiempo, para pasar del 54% en 1991 a más del 90% en 2017. "Es decir, estamos viviendo con este modelo una crisis de representación brutal…, porque el modelo no entrega mecanismos de participación ciudadana que sean efectivos, si es que hay algún mecanismo efectivo, y que no hay realmente, son todos mecanismos consultivos: al final consultan, pero la autoridad decide", advierte.

-Daño transgeneracional en mestizos no reconocidos  
De acuerdo a lo que indica el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar, participante en la Comisión de Capital Social del PP, el pueblo mestizo no tenía ni territorio ni derecho de propiedad desde que nació. Fue un pueblo sin derechos, porque la Corona de España dictó derechos para los españoles y para los criollos, incluso dictó el derecho indiano, para los mapuches, "pero no dictó nunca nada, ningún derecho para los mestizos"…….. En esa condición vivió desde el siglo XVI hasta más o menos 1931, cuando se dicta el Código del Trabajo, que de alguna manera fue el primer derecho que lo cubrió y le dio algún sentido legal a su existencia. "Es un pueblo increíblemente marginado, ignorado, maltratado y como no tenían derechos podían ser abusados, hombres, mujeres y niños a lo largo de toda la historia. Para él, parte del pueblo tiene un daño transgeneracional, es una memoria subconsciente, de exclusión, de rabia, de no integración, de ignorancia de su condición de ciudadanos, etc., que le lleva a realizar estas ocupaciones de la ciudad con saqueos y violencia…

  
-Cultura y organización impuesta incompatibles con la originaria. El mayor pueblo originario, los Mapuches, tenían una organización no jerárquica (llamadas adhocráticas o colaborativas), cuya convivencia se basaba en la confianza y meritocracia cuando existían objetivos comunes, organización más cercana a la democracia directa que estuvo vigente hasta la ocupación del territorio mapuche en 1884 y que hasta el día de hoy se mantiene viva en ciertos territorios. Esto se refleja en la declaración de "Mapuches eran gente carente de vicios y malicia, hasta que llegan los españoles”, escrita por Alonso de Ercilla. Sin embargo, desde la llegada de los españoles, desde el inicio de la república y desde la constitución de Portales se ha optado por modelos centralizados y jerárquicos. Este quiebre se agudiza con las tendencias actuales a la economía colaborativa y las redes sociales, que utilizan soluciones no jerárquicas y que están superando a las jerárquicas en muchos ámbitos de actividad.

Este cambio cultural desde una cultura de confianza en la palabra y meritocracia, a una organización jerárquica formalista, en que la palabra no vale y todo debe estar escrito, produce un shock de desconfianza y un rechazo absoluto como indican distintos historiadores. Este shock, por su extensión de varios siglos de engaños, sin duda sigue teniendo efectos en la confianza y comportamientos, dado el traspaso intergeneracional de elementos culturales que incluso es previo a la etapa escolar y tiene que ver con expresiones comportamentales visibles e incluso no verbales de temor, rechazo, rebeldía, desconfianza, desesperanza y otros que se traspasan a veces inadvertidamente.

-Cambios tecnológicos que afectan el estilo de vida y avanzan transformando el empleo.

-Aumenta individualismo y sentimiento de soledad junto con la disminución del apoyo social
En nuestra anterior publicación del 2011, alertamos sobre este cambio en que ya estábamos llegando al segundo lugar mundial en individualismo (Culture and Self Construals), mostrando un gran cambio con respecto a los 80, cuando nuestra cultura se denominó colectivista por su compromiso con la familia extendida y la conformidad con las normas sociales. Mariane Krause Presidenta de Conicyt plantea que las soluciones de corte económico transmiten valores totalmente individualistas, en que cada uno ve su vida “entendiendo que todo depende de uno”, perdiendo la empatía para darse cuenta de los problemas del otro y generando un sentimiento de soledad, que es mayor mientras más pobre es la persona. La pérdida de esperanza para mejorar su situación personal estaba generando una base de rabia que llevó al momento actual, en que lo colectivo se hizo omnipresente".

En Papa Francisco en su visita a Chile, planteaba que en nuestra sociedad actual líquida o ligera, van desapareciendo los puntos de referencia desde donde las personas pueden construirse individual y socialmente.  Esto podría ser una de las razones de la pérdida de conciencia del espacio público. Un espacio que exige un mínimo de trascendencia sobre los intereses privados —vivir más y mejor— para construir sobre cimientos que revelen esa dimensión tan importante de nuestra vida como es el ‘nosotros’. Sin esa conciencia, pero especialmente sin ese sentimiento y, por lo tanto, sin esa experiencia, es y será muy difícil construir la nación, y entonces parecería que lo único importante y válido es aquello que pertenece al individuo, y todo lo que queda fuera de esa jurisdicción se vuelve obsoleto.

Sin perjuicio de la lamentable violencia y destrucción de las protestas que tienen más que ver con un aprovechamiento delictual que con las legitimas manifestaciones sociales, es interesante apreciar que en las manifestaciones pacificas se une la comunidad sin divisiones de nivel socioeconómico o político, incluyendo a los mapuches y generando una unión transversal muy poderosa y cohesionada.  Estos ciudadanos en su gran mayoría tienen legitimas aspiraciones sociales pero no desean destruir el sistema que les permite ganarse su sustento. Esto nos permite ser optimistas porque esta gran mayoría unida y moderada y su sabiduría popular deben ser la base de los cambios y del refuerzo institucional que necesita el país para lograr una nueva etapa de avance.


Bueno, sin entrar en más detalle, este tipo de factores, que generan un malestar que se ve agravado por la inequidad y abusos, permite explicar la paradoja que significa el bajo nivel de confianza y la rabia que se ha acumulado en la población, a pesar de la herencia cultural virtuosa que nos muestran las comisiones de Herencia Cultural y Sabiduría Popular del PP.



2.2.2.- Identidad cultural virtuosa

Los valores compartidos o cultura, resultan esenciales para tener una identidad virtuosa, sentido de pertenencia, autoestima personal y grupal, capacidad de colaboración, cohesión ante amenazas al país, disposición al sacrificio por el bien común, buena convivencia e identidad diferenciada, además de una imagen país que agregue valor a nuestras exportaciones, sólo por mencionar algunos aspectos.

Siendo Chile una nación multicultural que incluye pueblos originarios y diversos aportes principalmente de países europeos como España, Alemania, Croacia y Francia, además de un creciente aporte de personas de países americanos y asiáticos como China y Japón, con una diversidad que aporta una mayor variedad de talentos y atractivos, lo que la diferencia en el mundo global es aquello distinto al aporte de otras naciones y sus inmigrantes, que es la cultura originaria que en el crisol cultural de 4 siglos de guerra generó características particulares en los chilenos. Por este motivo, se propone rescatar los elementos culturales virtuosos de los pueblos originarios de los variados territorios del país.

En este rescate merecen un lugar destacado las virtudes culturales del pueblo Mapuche, por ser mayoritario y prolongar su aporte cultural por más de 500 años, gracias a su éxito en mantener su autonomía, adaptarse y sobrevivir.

Escuchando al gran biólogo y filósofo Humberto Maturana vemos las posibilidades que nos abre esta refundación de valores:

“Inevitablemente el propósito de convivencia, de querer convivir y coexistir, se funda en el mutuo respeto, la honestidad, en conversar, en escucharse, en reflexionar, y poder cambiar de opinión para poder tener un proyecto común en ese propósito de convivencia.”

Este cambio, en que dejamos de ser ciegos que no quieren ver las virtudes de la cultura mapuche, de otros pueblos originarios, de los otros chilenos y de los inmigrantes de todas las épocas, significa tener capacidad de cambiar de opinión con respecto a nuestro pensamiento histórico y eso nos puede permitir tener un fortalecido proyecto común de convivencia. Esto incluye incluso redefinir cuál es el motor de la sociedad y muy probablemente reinventarnos nosotros mismos.


2.2.2.1.- El motor de la sociedad

El wichen-mapu ha constituido históricamente el ideal moral mapuche. Es el logro del equilibrio entre diversos elementos naturales y sociales. Es la existencia de amistad y paz en la sociedad. Las machis hacen hasta el día de hoy ésta “tierra de la amistad” el ideal de sus predicaciones, no se trata sólo de que exista prosperidad, sino que ella esté afirmada en la justicia de las relaciones, es por ello, que se la puede traducir como “tierra justa”, Se pueden también traducir como tierra donde la sabiduría se ha transformado en costumbre. Donde la envidia, el mal, el calcu (origen de todos los males), ha sido expulsado. (2) Los antiguos mapuches del sur, jose Bengoa, pag98



Como dice Gastón Soublette en su libro cartas públicas, “El actual modelo de civilización demuestra ya, a estas alturas de la historia, estar fracasando al fin por agotamiento y pérdida de los valores fundamentales de nuestra cultura, los cuales fueron reemplazados por el mito del progreso material de incremento ilimitado y su ética del esfuerzo productivo, la competitividad y el rendimiento”.

Centrarse en lo material sólo producirá frustración y resentimiento porque “luego de cierto nivel de ingresos cualquier mejora resulta en un aumento de expectativas” Yuval Noah Harari.

Los cambios a nuestro estilo de vida deberían ser muy importantes, si estamos de acuerdo que el motor de la sociedad no puede ser el crecimiento de lo económico y la rentabilidad sin límite. Para lograr este cambio de eje de la existencia tenemos la fortuna de contar con la herencia cultural de los sabios populares anónimos y de la cultura Mapuche. Es un tema de sabios no de técnicos.

Este cambio se puede facilitar por la cultura alternativa que está emergiendo a nivel internacional, gracias a la economía colaborativa, las redes sociales, la auto organización de las comunidades con las nuevas tecnologías y el desarrollo descentralizado. No se puede descartar que la economía competitiva actual sea sólo un corto período en la historia humana que estaría más marcada por la colaboración y el amor que por el enfrentamiento competitivo. Esto a la vez es una nueva fuerza que debe permitirnos modernizar nuestra institucionalidad y pasar a la sociedad del conocimiento y redes.

Tenemos una gran oportunidad de lograrlo si consideramos que en las elecciones presidenciales del 2017 estaban facultados para votar 5,5 millones de chilenials. Estos millenials chilenos, que presentan ciertas características diferentes a los de otros países, ya vienen con la cultura de trabajo en redes digitales y, ellos y otros más jóvenes, son nuestra puerta de entrada a la nueva era.

Ya en el Proyecto País 2025, la Comisión de Características Psicológicas  Presidida por Aldo Siri planteó: “la importancia de incorporar el desarrollo de valores que faciliten un bienestar biológico, psicológico y social, además de motivaciones para el fortalecimiento de los talentos, ampliando claramente el alcance de proyectos de desarrollo más allá de las necesidades materiales, las que solo tienen relevancia en la medida que son instrumentos para lograr los demás objetivos, siendo  no relevantes o peligrosos los recursos que van más allá de estas necesidades”.

En esta materia, después de un dificultoso entendimiento de nuestra desconocida y mal interpretada historia y particularidades culturales, se propone fortalecer nuestra herencia cultural reinventándonos a partir de la sabiduría popular de tradición oral y de los pueblos originarios, que en el caso chileno resulta maravillosamente útil para el futuro que se caracteriza por organizaciones en red colaborativas que son adhocráticas, basadas en la confianza y meritocracia, al igual que las organizaciones Mapuches.

A pesar de la opción preferente históricamente de los chilenos de asemejarse a países desarrollados, la evolución de cientos de años de convivencia y guerra con los pueblos originarios marco tanto a los chilenos como a los pueblos originarios con una diferenciación cultural que es la única opción diferenciada sobre la cual podemos proyectarnos a futuro, porque es más valioso proyectar características propias que ser una mala copia de otros.

Esto, se apoya además en la integración genética de pueblos originarios que se traduce en que el 86% de los chilenos tienen una mujer de pueblos originarios como antepasado y una mezcla genética con un promedio de 52% europeo, 44% amerindio y 4% afroamericano (Rothhammer y Cifuentes), que les otorga características como una excelente esperanza de vida al nacer a pesar de una dieta y estado de vida poco sano que se traduce en altos índices de obesidad.  Ya Claudio Gay hace más de un siglo comentaba que los Mapuches tienen vidas largas sin ser extraño ver individuos que superan el siglo en épocas de baja esperanza de vida a nivel mundial (1). Esto se traduciría en un positivo mejoramiento de los valores y cultura, y una vuelta a los valores originales de un 86% de los chilenos que tiene ADN de los pueblos originarios, acompañado de resabios culturales.

Esta integración genética es acompañada de padres que aportaron a los actuales chilenos elementos culturales europeos y originarios, como se aprecia con la cantidad de lideres hijos de española entre los mapuches y jefes hijos de mapuche entre los españoles a unos 50 años de la llegada de los españoles (2). Claudio Gay, indica que como le comentó el famoso Colipí y confirmó luego Maillín, la sangre española se ha mezclado tanto con la de su raza que jamás estaremos seguros de encontrar un reche o “indio puro” (1).

(1) Usos y costumbres de la araucanos, Claudio Gay, pag 29.

2.2.2.2.- Elementos culturales propios de la organización Mapuche

a.- Confianza y meritocracia

Al analizar los elementos culturales uno que sorprende, es que de un pueblo originario que según Alonso de Ercilla “no conocía la malicia y él vicio, hasta la llegada de los españoles”, época en que la palabra era sagrada y el que mentía era expulsado o muerto, según informa Pedro Mege Presidente de la Comisión de Herencia de Pueblos Originarios del PP, hemos pasado a tener el nivel de confianza interpersonal más bajo a nivel OCDE.

Al preguntarse ¿Cuáles fueron los factores que permitieron lograr las virtudes pérdidas y como se pueden rescatar? la respuesta que emerge de las comisiones de Herencia Cultural y otras del Proyecto País, es que el tipo de organización del pueblo local más numeroso, los Mapuches, es crucial. Originalmente los mapuches no fueron por “rey jamás regidos ni a extranjero dominio sometidos”, como dice el poema épico la Araucana y se corrobora con otras fuentes, lo que con los actuales modelos de análisis de organización podemos catalogar de organización adhocrática, ya que no se organizaban en forma jerárquica, sino por capacidad de colaborar basándose en la confianza para lograr objetivos comunes con capacidad de adaptarse had hoc al desafío.

Henry Minztberg define que la organización adhocrática se caracteriza por no ser jerárquica, por lo opera en base a objetivos comunes y adaptación mutua. En su opinión este tipo de organización es la más adaptativa y es la organización del futuro. Para operar, estas organizaciones requieren confianza y meritocracia y se organizan entregando el liderazgo al más apto para determinado desafío, lo que las hace muy meritocráticas, adaptativas e innovadoras.

Un ejemplo de esto es cuando los Mapuches eligen a Lautaro como Toqui (Jefe de Guerra) a pesar de ser criado por Pedro de valdivia, por el conocimiento de las armas y tácticas españolas, lo que fue clave para la derrota española. En una sociedad jerárquica el puesto de jefe habría estado ocupado y esto habría sido imposible.

También esto se aprecia cuando este pueblo campesino sin mando central, fue capaz de cohesionarse para rechazar la invasión de un ejército profesional como el Inca. Si bien nos remontamos a tiempos que el lector quizás no considera para nada vigentes, es posible encontrar actualmente comportamientos colaborativos sorprendentes para un país con tan bajo nivel de confianza interpersonal, cuando el país enfrenta alguna amenaza, en los cuales el nivel de confianza interpersonal, la cohesión y la capacidad de sacrificio por el bien común aumenta mágicamente.

La paradoja en el caso chileno, es que la solución a nuestra falta de confianza y meritocracia, que nos permitirá proyectarnos positivamente al futuro es volver al pasado, debido a que el tipo de organización, no jerárquica de los pueblos nativos en el caso de Chile, que operaban en base a colaboración, confianza, cumplimiento de la palabra y meritocracia, es justamente lo que está emergiendo en el mundo actual con la economía colaborativa, las redes sociales, la auto organización de las comunidades con las nuevas tecnologías y el desarrollo descentralizado.

A modo de ejemplo, la publicación Entering the Trust Age, de New York University, muestra que el nivel de confianza en las personas con sus antecedentes completos en redes de economía colaborativa alcanza niveles de 88%, similares a los niveles de confianza alcanzados en la familia (94%) y entre amigos (92%).

Esto producirá un cambio cultural muy positivo, ya en curso en la juventud, que al igual que muchas cosas positivas que nos depara el futuro no son mérito de los chilenos. Sin embargo, la cultura Mapuche aún muestra resabios en los chilenos que los hacen extraordinariamente hábiles y adaptativos para los tiempos que vienen, lo que se aprecia en la rápida y masiva adopción de las redes de economía colaborativa en todos los niveles etarios y socieconómicos.

Estas virtudes culturales pérdidas, que ya están renaciendo, junto con la nueva economía que ha irrumpido con tanta facilidad  en Chile en los últimos años,  hace posible generar una narrativa que “volvemos a nuestro tipo de organización original para la cual tenemos todavía algunas competencias esenciales que nos favorecen y otras que se deben resucitar”. Mientras más rápido este tipo de organizaciones reemplacen a las tradicionales basadas en estructuras jerárquicas con regulaciones legales como solución a la desconfianza y que tienden a una sobre regulación que las hace cada vez menos competitivas, más rápido disfrutaremos de una comunidad que opera basada en la confianza y no en la desconfianza, de gente libre y no jerárquicamente regida que se aleja de la cultura originaria y por lo tanto no ha resultado natural de adoptar en el caso chileno.  Durante los últimos siglos predominaron las soluciones jerárquicas pero las nuevas tecnologías están mostrando que las soluciones de economías colaborativas son ampliamente superiores en una amplia mayoría de actividades.

En todo caso este cambio es muy exigente, porque en esta sociedad adhocrática o colaborativa, si bien existe libertad y no hay jefe, son más drásticas que el actual sistema. Por ejemplo, la legislación laboral protege la incompetencia porque no la válida como causal de despido y con este cambio no existiría el paternalismo, primaría la meritocracia y se eliminarían en forma automática a los que no cumplen, como se aprecia en una red social en que los bien evaluados tienen excelentes resultados, pero los que fallan o mienten pueden quedar al final de una larga cola sin recibir demanda o directamente pueden ser expulsados. En el caso Mapuche eran expulsados o muertos los que no cumplían su palabra, según dice Pedro Mege.

b.- Rechazo a servir a otros y a tener jefes

Esta herencia cultural también lleva a rechazar cualquier tipo de mando jerárquico, como dice Claudio Gay, (1) pag 91 “incluso los Toquis debían evitar dar órdenes con tono de “autoridad“ a sus tropas porque corrían el riesgo que lo desafiaran con su lanza.”

Este rasgo hoy se traduce en que a pesar de ser el chileno muy acogedor con sus visitas y amigos, gracias a  la herencia orgullosa del “Utan-Mapu” o tierra de la hospitalidad, apenas el servicio adquiere un carácter jerárquico lo rechaza, generando la peor calidad de servicio de la región, opinión ampliamente compartida, y que ha quedado muy en evidencia con la mejor capacidad para dar una buen servicio de los inmigrantes recibidos en los últimos años.

Adicionalmente, es conocido el chileno por tener difíciles relaciones con sus jefes en la sociedad jerárquica actual, lo que lleva a pensar que se sentirá más a gusto con los nuevos modelos de economía colaborativa donde podrá mejorar sustancialmente su felicidad, desempeño y productividad.

Existen ejemplos de esto, como la externalización de oficinas de atención a clientes en una gran empresa de logística, que antes, con el modelo de empleados, tenían pésimos resultados económicos, de productividad y calidad de servicio, los que mejoraron notoriamente al transformarse en pequeñas pymes autónomas.

Esto deja de ser una desventaja porque se está generando un amplio espacio para operar en forma autónoma y no jerárquica en la nueva economía que esta desplazando los modelos jerárquicos que en muchos ámbitos no pueden competir como se aprecia en el libro Estrategias de Transformación
Digital de editorial Penguin pronto a ser publicado.

c.- Herencia de cultura de innovación

Otro rasgo cultural de este tipo de organizaciones adhocráticas adaptativas es la capacidad de copiar, aprender, mejorar y aplicar ingeniosamente nuevas soluciones. A modo de ejemplo, los principales botines de los malones Mapuches eran, junto con las mujeres y riquezas, los herreros u otras personas que les pudieran transferir nuevos conocimientos. Pareciera que operaban con los actuales modelos de innovación abierta. A modo de ejemplo, los Mapuches no sólo derrotaron a los españoles por copiar sus técnicas, sino que porque además las mejoraron desarrollando mejores sistemas de entrenamientos de caballos, armas y tácticas que llamaron la atención a nivel mundial por derrotar al principal imperio del mundo de esa época.

Es posible que de esta herencia cultural venga el popular “maestro chasquilla chileno” que destaca por su creatividad para resolver problemas sin recursos. Adicionalmente, por ser una sociedad meritocrática, diferentes responsabilidades exigían difíciles pruebas de destreza. En el caso de los jinetes debían correr ocultos detrás del caballo, con una lanza y recoger una roca a pleno galope. Quizás esta herencia todavía se observa en el interés por los jinetes acróbatas que continúan con sus antiguas prácticas.

2.2.2.3.- Elementos culturales propios de la cosmovisión Mapuche

En la versión mapuche de esta sociedad no jerárquica además existían otros interesantes valores como:

a.- Alto rendimiento en condiciones críticas y resiliencia

Además de esta facilidad para crear organizaciones had hoc, cuando existe un desafío, un elemento que destaca Pedro Mege Presidente de la Comisión de Herencia de los Pueblos Originarios, es la característica que se generó debido a las intermitentes guerras durante más de 4 siglos, que produjo un relajamiento entre guerras y la capacidad de tener un “máximo desempeño durante el conflicto”, que se mantiene hasta hoy en que el chileno tiene mejor rendimiento bajo presión, ante amenaza y en condiciones adversas, actuando en forma aguerrida. Incluso se podría decir que está constantemente entrenándose para hacer la cosas al límite en términos de plazos y condiciones y encuentra un especial placer que se refleja en la expresión “la hice”, disfrutando de la adrenalina de hacer las cosas al límite. Esto pudo derivar en una serie de consecuencias negativas históricamente, pero tiene potencial positivo para el dinamismo del mundo que viene, en materias tales como:

  • Ser más adaptativo mientras más difíciles son las exigencias, por lo que no debe sorprender que a mayor globalización, inmigración, exigencias regulatorias y normativas, el chileno mejor responde. Ha logrado incorporar nuevas prácticas agrícolas, estándares de seguridad en minería y otros cambios, que ex ante parecían muy difíciles.
  • Resiliencia, que se muestra con cada desastre natural, destacando la capacidad de levantarse después de tantos desastres.
  • No tenemos mucho que aportar a los países desarrollados y al mundo en el desarrollo de labores planificadas y sistemáticas, contando con todos los recursos, pero si en salir adelante ingeniosamente en el caos, en condiciones adversas, precarias, generando soluciones esenciales, como dice el arquitecto Alejandro Aravena, con “chispeza” (chispa y viveza, término propuesto por Gary Medel seleccionado nacional), en momentos en que otras culturas acostumbradas a situaciones ordenadas ante el imprevisto tienen a “bloquearse”. Esto debe transformarse en una competencia esencial para ser ciudadanos del mundo futuro, caracterizado por continuos cambios y organizaciones had hoc que se adecuan continuamente a los cambios y a las nuevas propuestas de valor a sus usuarios.

La consecuencia negativa es que cuando algo no se ve como desafiante se produce un relajamiento que normalmente en el caso chileno termina con un rendimiento muy por debajo del potencial.

Estas condiciones se aprecian en épocas posteriores en figuras que presentan notables capacidades en situaciones desafiantes como Santiago Bueras, Juan  Cafulcura, Juan Lorenzo Colipi, Ramón Freire, Manuel Rodríguez, Arturo Prat y muchas otras, que conforman el imaginario colectivo de ser chileno, que precisamente se forja con la actuación en situaciones límites, emergiendo la figura del roto y el huaso chileno, que se proyectan como muy virtuosas en situaciones de peligro y desastre, pero no necesariamente son buenos modelos en situaciones de estabilidad y régimen.

b.- Aprecio por la libertad y señorío de si mismo

La libertad araucana es la capacidad generada por la voluntad y esfuerzo humano de alcanzar la gobernabilidad, la autonomía y señorío de sí mismo. Es la forma de poseer el destino y no ser poseído por él. Nadie es libre si no merece serlo, no hay libertad sin voluntad, no es un derecho. La libertad se basó en la idea de la aristocrática de la naturaleza (grupo de personas que se distingue en excelencia de los demás), en el que se impone el mejor, el más digno, el más adaptado, el más fuerte. El Kidu ngunewun es un lujo que no todos los humanos pueden permitirse y es lo que nos distingue del mundo animal donde reina la necesidad, con determinismo inflexible y recurrente. Es vivir con independencia interna, no dependiendo de lo demás, pero sobre todo no dependiendo de las esclavitudes de las partes inferiores de si mismo (Ziley Mora Penroz).

c.- Reciprocidad en todo sentido (nada es gratis)

La reciprocidad en todo orden de cosas, incluyendo la naturaleza, lo que los hacia no depredadores porque nada era gratis ni regalado (no existen palabras para pedir, rogar y gracias o de sin costo en el mapudungun) y todo lo que se consumía tenía que ser compensado. Los mapuches suelen tener cuidado en tomar solo lo que necesitan para no endeudarse con Dios o la naturaleza. Esto permite entender porqué su sociedad no se orientaba a la acumulación de excedentes. Este concepto de reciprocidad incluye la creencia presente en otras religiones de “tratar al prójimo de la forma que una espera que lo traten” (José Bengoa).

d.- Fortalecer la fuerza de voluntad (del espíritu) para lograr la vida eterna

La cosmovisión estaba marcada por la visión que durante esta vida es necesario fortalecer la fuerza de voluntad para que el alma no se disipe al morir y tener vida eterna, por lo que se sometían a exigentes pruebas en su vida, buscaban la perfección en lo que hacían y despreciaban las comodidades porque los hacían débiles. Si el hombre no genera el poder de la voluntad firme (yafuduami) no adquiere sabiduría suficiente (kumun) el am (lo que sale en el sueño a realizar el viaje astral) se disgrega al contacto de vibraciones que le toca enfrentar post morten. El hombre deberá autoinferirse, ponerse pruebas difíciles en la existencia, ya que todo apunta más a la inercia cómoda y degradante. Una decisión consciente del inche (el yo del individuo) empuja al am (alma) a entrar en un círculo evolutivo de sublimación y ennoblecimiento (Ziley Mora Penroz).

e.- El hombre despierto podía anticipar los eventos y por lo tanto era responsable de todo lo que le ocurría (no se echaba la culpa a otros)

Tenían la visión que el hombre era capaz de anticipar las cosas, incluyendo las no obvias y por lo tanto todo lo que le ocurría era su propia responsabilidad. No existía la posibilidad de echarle la culpa de algo a otras personas o factores. Estos valores se pueden apreciar en el mapudungun por ejemplo en la palabra Lloftulen o acechar en plenitud del estar despierto, del más alto nivel de atención consciente, con poder de interpretación de lo sorpresivo. Existen 18 palabras que aluden a un tipo o grado de vigilia, incluidos el darse cuenta y de comprender dentro de uno mismo. Esta capacidad de atención era un gran valor en la antigua sociedad Mapuche.

Este tipo de valores son muy diferentes a los actuales que avanzan hacia una comunidad con derechos pero sin deberes en que no hay culpables, sino que sólo justificaciones y atenuantes cualquiera sea la falla o crimen cometido. En esta nueva sociedad incluso está en duda el principio del libre albedrio, ya que las personas no serían culpables de lo que hacen por estar condicionadas por su educación y otros factores. Este concepto incluso amenaza las bases de religiones como la Católica.

Esta cultura de una sociedad de derechos sin deberes y méritos, sin reciprocidad y efectivamente de regalos y gratis, sería muy muy contraria a la filosofía y sabiduría mapuche.

No es sabio, porque no es el sentido de la vida, auto inferirse resentimiento y dañarse, por andar por la vida pensando que los demás le deben algo, porque era un derecho declarado por la sociedad, aunque ni siquiera conozca a las víctimas de su furia. Los gobiernos y padres que le enseñan a sus hijos que en la vida tienen derechos sin deberes les están haciendo daño. Una declaración de una inmigrante tangibiliza esta situación cuando dice ”quien podría pensar que los chilenos destruirían Chile, los jóvenes se enfurecen y reaccionan violentamente, culpándonos a todos por sus frustraciones”. Esto parece que ya alcanzó niveles patológicos y los culpables somos sus padres y el Estado por el exceso de garantía, derechos prometidos y el exceso de paternalismo.

Abundan los casos de problemas de contención al enfrentar insolentemente a profesores y a cualquiera que tenga cierta autoridad. Cómo planteo el PP 2025 publicado el 2011, un informe de la OCDE ubica a nuestros adolescentes entre los 7 más indisciplinados, lo que se atribuye a la pérdida del valor social de la disciplina y de la autoridad, originada por la pérdida de autoridad de los padres, lo que afectaría valores como el esfuerzo y la superación, disminuyendo la tolerancia a la frustración y la responsabilidad.

Si además no han cultivado su fuerza de voluntad, no tendrán tolerancia a la frustración ni resiliencia, y explotarán dañando irracionalmente sus propios bienes y los de los demás.

Esto no sería posible en la cultura mapuche en que nada es gratis e incluso la libertad hay que ganársela controlando su dolor, frustración y bajas pasiones,

f.- Rol trascendente de la mujer

La importancia e incluso supremacía de la mujer en algunos ámbitos se reconocía por su rol en los intercambios y el comercio que era monopolio femenino, mientras los hombres estaban en las orillas  en una actitud de guerreros guardianes. El culto era a los pillanes o antepasados que era mujer la mayoría de las veces entre los antiguos (José Bengoa). También en conceptos como que la mujer “Siempre sabe de modo intuitivo el propósito de su camino, que es aproximarse al hombre (que es semilla prematura del cielo) para que este encarne y materialice su misión divina”. Ella despierta al hombre, lo prueba y exige su perfección (Ziley Mora Penroz). Antes de la conquista española los pueblos del centro-sur vivían bajo un tipo de matriarcado. Los hijos llevaban la filiación y el totem de la madre (el marido debía ir a vivir con la familia de la esposa), sin embargo al momento de la conquista española, los hombres eran los jefes de familia, aunque los hijos seguían llevando el apellido de la madre (José Bengoa).

g.- Culto a los antepasados y sabios

También es importante el culto a los antepasados y a los sabios de edad, que permiten tener siempre presente elementos culturales, creencias y tradiciones que dan raíces que contribuyen a la sabiduría entendida como el sentido de la vida, además de aportar sentido de pertenencia, seguridad y confianza personal que permiten superar dificultades en la vida y que la juventud occidental actual en general no rescata, generando mayor debilidad y fragilidad en las personas e incertidumbre y peligro sobre su comportamiento, al no contar con estas tradiciones o modelos orientadores. En la cultura Mapuche el que no cuenta con culto por sus antepasados no es nadie porque no tiene tradiciones.

h.- Solidaridad

A pesar de su valorización de lo meritocrático, existía solidaridad que queda reflejada en que los bienes eran propiedad compartida por toda la comunidad, existiendo un estado de bienestar que impresiona a los españoles cuando llegan, diciendo que no hay Mapuche flaco (Bengoa). Esto es interesante porque muestra que ambos valores no son excluyentes, como algunos argumentan hoy. Como comentamos antes, en nuestra sociedad hemos disminuido tanto la meritocracia como la solidaridad.

Gran parte de estos valores se obtienen del estudio del Mapudungun que según Juan Ignacio Molina, estudioso de la lengua mapuche dice “siempre se reflexiona sobre la armoniosa estructura y riqueza de la lengua propia de este país, parece que la nación chilena haya sido en otro tiempo más culta de lo que es al presente, o al menos ella sea un residuo de un pueblo ilustrado, el cual debió caer por alguna de aquellas revoluciones físicas o morales… La perfección de la lengua sigue constantemente a la de la civilización; ni se puede comprender como una nación siempre salvaje, que jamás ha sido limada por las sabias leyes, ni por el comercio, ni por las artes, pueda hablar un idioma culto, expresivo y abundante. La copia de las palabras de un lenguaje presupone un número correspondiente de ideas claras en el complejo de los individuos que las hablan, las cuales en un pueblo rustico son, o deben ser necesariamente, muy limitadas” (2)

Sin pretender ser exhaustivo en este rescate de valores, porque es un trabajo en proceso, hemos rescatado estos elementos para probar la tesis que estos componentes de valores y cultura de los Mapuches antiguos son muy superiores a los de la sociedad actual y que resultan muy adecuados a la nueva sociedad de economía colaborativa, redes sociales, auto organización de las comunidades con las nuevas tecnologías y de desarrollo descentralizado que son el futuro.

Como planteamos en nuestra publicación anterior del año 2011 los elementos virtuosos de la cultura Mapuche, además de los de la sabiduría popular chilena deben considerarse para crear un “imaginario aspiracional virtuoso de ser chileno que aumente el sentido de pertenencia, autoestima y capacidad de colaboración y que aporte formas de hacer las cosas que sean útiles para el mundo que viene”, incluyendo a la gran cantidad de personas de muy diferentes habilidades y orígenes que se requiere atraer para que el país pueda desarrollar el potencial que se presenta en esta visión 2040. Es importante que todos ellos sientan que efectivamente se incorporan a una sociedad que tiene identidad y entender en que consiste.

El deterioro de los valores y la cultura que se refleja en el peor nivel de confianza interpersonal de OCDE de un 13%, nos pone una gran tarea por delante, que en el Proyecto País 2025 fue expresada en los siguientes términos: “Considerar el mejoramiento de valores y cultura como un factor que es parte de nuestra tarea de desarrollo y promover este nuevo imaginario colectivo de lo que es ser chileno basado en virtudes de nuestra herencia cultural que:

  1. Proteja el desarrollo humano integral y hábitos deportivos, recreativos y sociales, artísticos y de buena vida.
  2. Permita cohesionarnos por identificarnos con esta identidad común.
  3. Remueva cualquier lacra cultural adquirida después de la integración entre pueblos originarios y extranjeros, como podrían ser la falta de cumplimiento de compromisos y de confianza, la falta de meritocracia y la envidia resultante (el “chaqueteo”), el comportamiento pasivo-agresivo (decir “sí”, pero después hacer lo contrario), el paternalismo que protege a negligentes e impide reconocer a los con méritos, el individualismo y la falta de disposición al sacrificio por el bien común, elementos que no habrían sido característicos de los pueblos originarios.
  4. Permita proyectarla para diferenciarnos positivamente en el mundo.
  5. Promover el desarrollo espiritual y sentido de trascendencia, mediante visiones y creencias basadas en el amor, incluyendo visiones filosóficas, religiosas y de cosmovisiones que dan un sentido a la existencia y promueven una reciprocidad positiva."

Uno de los mayores activos para el futuro es la capacidad de atraer talentos que tiene el país, incluyendo capital humano avanzado de países desarrollados que han encontrado una mejor calidad de vida y oportunidades en Chile. Los elementos culturales pueden reforzar esta atractividad. Tenemos que darles a ellos y a las nuevas generaciones una identidad y valores que les aporten valor y que sean nuestra mejor versión."

Sus antiguos pillanes eligieron la tierra del fin del mundo, con las más extensas montañas de fuego purificador y los mayores peligros, para cultivar almas poderosas en sus hijos. La pureza de sus cielos, aguas, nieves, cumbres y océano, impregnada en sus hermanos de la naturaleza, le purifican su alma y su cuerpo para superar cualquier prueba cuando despierta a la conciencia sobre su misión.

Los hijos de esta tierra siempre fueron tan gallardos y poderosos gracias a su alma, preparada para reconstruirse cuantas veces surge una amenaza natural, de imperios o enemigos, manteniendo su lucha por tanto tiempo, como para presenciar lo efímero de sus enemigos y lo eterno de su existencia.”


1 comentario:

cavernicola1 dijo...

Genial! Gracias por el delicado e increíble aporte, se aprecia ¡