La vida digna, debe incluir un equilibrio entre la producción, la familia, la naturaleza y el desarrollo de las vocaciones. Una vida sana e integral.
Adicionalmente, por la condición humana de vida en comunidad, debe desarrollarse en una comunidad fraterna y resiliente, llevándonos nuevamente a la fraternidad, reciprocidad, justicia, solidaridad e inclusión, tejido social de apoyo, sentido de pertenencia, confianza y meritocracia.
Estos conceptos son parte de la herencia cultural de las comunidades de familia extendida y de barrios, que se reflejan muy bien en la vida rural y en los antiguos lof indígenas, y se asocian al wichen-mapu que ha constituido históricamente el ideal moral mapuche. Es el logro del equilibrio entre diversos elementos naturales y sociales. Es la existencia de amistad y paz en la sociedad.
Las machis hacen hasta el día de hoy ésta “tierra de la amistad” el ideal de sus predicaciones, no se trata sólo de que exista prosperidad, sino que ella esté afirmada en la justicia de las relaciones, es por ello, que se la puede traducir como “tierra justa”, Se pueden también traducir como tierra donde la sabiduría se ha transformado en costumbre. Donde la envidia, el mal, el calcu (origen de todos los males), ha sido expulsado (2-Los antiguos mapuches del sur, jose Bengoa, pag98).
Como dice Gastón Soublette en su libro cartas públicas, “El actual modelo de civilización demuestra ya, a estas alturas de la historia, estar fracasando al fin por agotamiento y pérdida de los valores fundamentales de nuestra cultura, los cuales fueron reemplazados por el mito del progreso material de incremento ilimitado y su ética del esfuerzo productivo, la competitividad y el rendimiento”.
Centrarse en lo material sólo producirá frustración y resentimiento porque “luego de cierto nivel de ingresos cualquier mejora resulta en un aumento de expectativas” Yuval Noah Harari.
Gastón L’Huillier Troncoso
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