1.-Exportación con creación de valor basado en ventajas competitivas y diferenciación
En primer lugar, este diseño es muy diferente si el PIB del país sigue creciendo a tasas del 2% como en los últimos gobiernos, o crece sostenidamente a tasas del 6%, gracias a creación de valor exportable basado en diferenciación y ventajas competitivas (no agregación de valor ni commodities), como indican las comisiones encargadas de exportaciones. La meta debe ser cuadruplicar las exportaciones y volver a triplicar el PIB, esta vez para terminar con la pobreza y resolver todas necesidades sociales razonables, logrando un PIB per cápita similar al de Alemania.
Esto incluye potenciar nuestra identidad y nuestro relato a nivel mundial como “Líder en productos verdes y resiliencia”, como diferenciación que acompañe la siguiente oferta país: aportar a la humanidad energía limpia y barata para el 20% de sus necesidades, una sabiduría milenaria del saber vivir y de la resiliencia, el mejor lugar para las aventuras en su sorprendente y maravillosa naturaleza como hace años reconocen los rankings: la alimentación más sana de mar y tierra, el mejor lugar para localizar su inteligencia gracias al costo más bajo de energías verdes en Data Center y Economía Digital, nobles metales y maderas para fortalecerlo y cobijarlo, los cielos más puros para su visión del universo.
2.-Proactividad con la inversión extranjera
Este crecimiento exportador supera las capacidades locales de inversión, empresariales y de conocimientos, tradicionalmente orientadas a la exportación de commodities, por lo que se requiere inversiones, tecnología y mercados que aporten organizaciones extranjeras que hay que atraer activamente.
3.-Comunidades fraternas y resilientes basadas en economía colaborativa
La competitividad territorial según el concepto OCDE es la capacidad de atraer talento, inversiones y emprendimientos. Esto depende en forma crucial de las condiciones de localización
La calidad de vida en el caso chileno depende de rescatar la herencia cultural comunidades fraternas y resilientes que permiten vivir los valores de las redes de apoyo, sentido de pertenencia, inclusión, colaboración y otros, que incluye que las comunidades sean una primera línea en materias que afecten su calidad de vida como la criminalidad.
Por otra parte, es necesario ir más allá del paternalismo asistencialista, porque este escenario supera la capacidad de recursos y operativa del Estado en muchos frentes y no podrá darnos todas las soluciones. El desempleo no será resuelto por el Estado o el Sector privado por un largo período por el cambio tecnológico repentinamente acelerado por la pandemia y estallido social.
Necesitamos que nuestras comunidades se involucren rápido en ser una primera línea ante el desempleo y red de ayuda social, como ya ocurrio con la pandemia. Esta fraternidad es la tradición desde nuestro origen y renace cada vez que hay problemas, pero ahora debe ser reforzada con economía colaborativa y otras herramientas modernas, con una amplia gama de servicios entre los vecinos para ser resilientes al desempleo y las otras amenazas de esta tormenta perfecta, acuñando el concepto de “Comunidades Fraternas y Resilientes”.
Esto a la vez es la principal solución a nuestra larga decadencia de valores y cultura, llevándonos nuevamente a la fraternidad, reciprocidad, justicia, solidaridad e inclusión, tejido social de apoyo, sentido de pertenencia, confianza y meritocracia.
4.-No regular en exceso la economía colaborativa dado que será una solución al desempleo
A modo de ejemplo se les aplicó 19% de IVA, aunque hay autoridades del sector económico que proponían menos, sin tener conciencia que muchos de estos trabajos son de autoempleo en un escenario que el empleo dependiente no será suficiente.
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